lunes, 28 de diciembre de 2009

"Para leer por la mañana y por la noche" (B.Brecht)



Aquel al que yo amo
me ha dicho que me necesita.

Por eso
tengo mucho cuidado
miro bien dónde piso
y me causa temor
cada gota de lluvia
que pudiera matarme.

Bertolt Brecht
(versión de J.L.G.T.)
(Aquí el texto en alemán)

martes, 22 de diciembre de 2009

Elipsis

En el capitalismo tardío, sigue siendo verdad aquello que dijera, si no me equivoco, Benjamin Franklin, "Time is money". La obsesión por el tiempo, por no perder el tiempo, por lo que sucede "en tiempo real" se revela como una de las obsesiones de nuestra época.
Lo que se suele llamar tiempo real se me antoja, sin embargo, el tiempo irreal por antonomasia. No hay realidad sin proceso, sin devenir, sin ese instante inasible del todavía-no. El tiempo real del capitalismo tardío parece evocar el tiempo sin tiempo de la eternidad, el tiempo plegado sobre sí mismo en una sincronía imposible.
El viernes tuve ocasión de ver en el Español el estupendo montaje de Glengarry Glen Ross de Mamet, una obra que retrata de manera despiadada la guerra de todos contra todos que parece consustancial al capitalismo a pesar de que la ideología dominante trata de conjurar su fantasma una y otra vez. Uno de los aspectos más interesantes del montaje es cómo el director, Daniel Veronese, así como los actores juegan con el tempo dramático de la obra, ritmo interno que a veces se enlentece y otras se desboca pero que parece enlazar siempre con esa tiranía del reloj, de la ganancia a plazo fijo, que encuentra aquí un reflejo simbólico en el sadismo de un juego ideado por los directivos de la empresa.
Al salir del teatro, me asaltó un pensamiento descabellado y un tanto paranoico: pensé de pronto que el tiempo interno del capitalismo es el de la elipsis constante, como si un malévolo director nos hiciera creer que presenciamos un largo plano-secuencia, hecho en realidad de pequeños planos, cuyo vertiginoso cambio es incapaz de retener el ojo del espectador. ¿Qué nos hurta la elipsis? ¿Son posibles, y aun necesarias, una ética y una estética del intervalo, de la pausa, de la espera y del deseo aún no satisfecho contra la irrealidad del tiempo real?

jueves, 17 de diciembre de 2009

Naranja (Mahmud Darwix)



NARANJA, el sol se adentra en el mar/

y la naranja es candil de agua en árboles fríos.


Naranja, el sol pare al niño dios del ocaso/

y la naranja, una de sus doncellas, contempla al desconocido.


Naranja, el sol vierte su jugo en la boca del mar/

y la naranja teme la boca del hambriento.


Naranja, el sol se adentra en el turno de la eternidad

y la naranja goza de la loa de su asesino:

“ ““ “Fruta como la semilla del sol,

“ ““ “se pela con la mano y la boca, de sabor ronco,

“ ““ “de perfume locuaz, de jugo borracho...

“ ““ “Su color es único,

“ ““ “se lo presta al sol durmiente.

“ ““ “Su color es su sabor: agridulce,

“ ““ “rico en energía de luz y vitamina C.


¡No peligra la poesía

si balbucea, o porque yerre

magníficamente en los símiles!



Mahmud Darwix (1941-2008), Como la flor del almendro o allende (traducción de Luz Gómez García). Editorial Pre-Textos.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Estilo

Cuando, después de muchos años, creyó haber encontrado por fin un estilo propio, se dio cuenta de que sólo podría seguir escribiendo a condición de que cada poema supusiera un paso más en el desaprendizaje de su propia voz, de todo estilo. Supo, con un sentimiento que era a la vez de decepción y de alivio, que a partir de entonces cada línea sólo podía escribirse como gesto de despedida de esa voz propia que tanto se esforzó por conquistar.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Juan Ramón Jiménez en la Abadía


El jueves tuve la oportunidad de asistir en el Teatro de la Abadía al espectáculo basado en el Diario de un poeta reciencasado que ofrece el actor y director de escena José Luis Gómez: un espectáculo austero, de una sobriedad sin concesiones, que recuerda en buena medida al ejercicio ascético que el propio Juan Ramón se impuso en su búsqueda de una poesía desnuda. Con una puesta de escena mínima José Luis Gómez logra ese precario equilibrio entre la poesía y la teatralidad, en el que tantos actores fracasan, incapaces de escuchar la tonalidad peculiar de la voz lírica, lo que suele abocar a un híbrido monstruoso entre el relativo anonimato del yo poético y la construcción insuficiente de un personaje. No es el caso de José Luis Gómez, quien se atreve a ponerse en la piel del escritor y, en no pocos momentos de su actuación, logra que ese paréntesis de la acción que parece abrir la escritura poética se convierta en acción dramática, en una paradójica forma de acción y de inacción a un tiempo.
El montaje es una excusa perfecta para volver al Diario, uno de los textos clave en la lírica del siglo XX. La forma fragmentaria del diario, en tensión con la Obra en marcha, con el Libro con mayúsculas, nos sitúa ante una escritura radicalmente contemporánea. La aparente oposición entre el diario y la Obra va acompañada de un juego constante de tensiones y acercamientos: entre la prosa y el verso, entre el fragmento y la totalidad, entre lo contingente de la vida cotidiana y la permanencia del mar y el cielo, entre la plenitud de una escritura simbólica y simbolista y las líneas de fuga que ofrece el retrato de la vida moderna, entre la despersonalización y el máximo protagonismo del yo... Poesía pura y radicalmente impura, el Diario parece rastrear todos los caminos posibles de la contemporaneidad lírica. Nos sigue sirviendo de cuaderno de bitácora en estos inicios del siglo XXI en el que la rapidez de las autopistas de la información ha vuelto borrosas las indicaciones y confusos los senderos. Esos senderos de la escritura en los que siempre se marcha con cierta lentitud, con el paso tranquilo del caminante o con la monotonía, para Juan Ramón tan fecunda, de uno de aquellos ya antiguos viajes trasatlánticos.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Presencia de José Ángel Valente



Homenaje a Valente el próximo viernes, 4 de diciembre, a las 19.30 h., en el Centro Cultural del Círculo de Lectores (Calle O’Donnell, 10, Madrid). Participan (participamos) Marta Agudo, Jordi Doce, Manuel Fernández Casanova, José Luis Gómez Toré, Antonio Méndez Rubio, Carlos Peinado Elliot, Esther Ramón, Claudio Rodríguez Fer y Andrés Sánchez Robayna.