lunes, 31 de diciembre de 2012

Una lavadora llena de soles y elefantes



  El niño (dos años) pide, como casi siempre, que le dibuje una lavadora. El padre obedece y traza torpemente una forma geométrica a la que va añadiendo trazos de los que emerge al fin la forma familiar del objeto. Otras veces, el niño ha querido llenar la lavadora con calcetines, camisetas, pantalones... y el padre dibuja obediente. Hoy no. Hoy aquel le conmina a colmar el círculo central con elefantes, soles, automóviles, lunas, cada vez más divertido ante el estupor voluntariamente exagerado del padre, que sin embargo no deja de atender cada una de las órdenes imperiosas del hijo. La puerta del electrodoméstico semeja el ojo de un dios, que soñara el nacimiento de un mundo. Una suerte de Aleph borgiano del que emergiera un incipiente universo giratorio.

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